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Channel: Bichos e demais familia
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Canibalismo urbanístico y mascotas

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   La búsqueda del conocimiento se puede realizar a través de la concreción, tal como hace la ciencia convencional, o a través de la abstracción, caso de la filosofía o la ciencia del yoga (aunque habría mucho que matizar sobre qué entendemos por "abstracción").
  Si compartimos esta reflexión podremos extenderla a las cosas relativas al medio ambiente y a su problemática. Quizá debamos abstraernos un poco para "ver" mejor. A veces resulta conveniente separarnos de la escena para abarcar toda la composición y para comprenderla mejor, como saben los fotógrafos o los pintores artísticos.

 Perros paseando libremente en el canal de la laguna, dentro del "espacio protegido" 

   Actualmente la presencia de perros sueltos en nuestros humedales y playas es un enorme problema ecológico (y cívico) que afecta a todas las aves que utilizan estos lugares para alimentarse, para descansar o para reproducirse, como es el caso del amenazado Chorlitejo patinegro.
  Sin embargo esto no fué siempre así. Hubo un tiempo en que los perros eran simplemente... perros, que tenían los mismos derechos que el resto de animales domésticos. Hasta que llegó la fiebre del peluchismo, del animalismo, del mascoterismo. Hasta que a alguien se le ocurrió que un perro debía tener los mismos derechos que un ser humano, por ejemplo, el "derecho" a disfrutar de la Naturaleza. Y ahí empieza el problema, toda vez que ese "derecho" es radicalmente incompatible con la conservación en estos humedales y playas.

  Pero alejémonos un poco. Retrocedamos en el tiempo para ver como eran las casas tradicionales de los habitantes originales de Valdoviño, con sus hórreos, sus terrenos, sus gallinas y sus repollos. En ellas el perro era un animal doméstico más, que tenía una función de guardia de la vivienda o de vigilar el ganado. Una cosa importante: apenas salía del entorno de la casa si no era para acompañar a las vacas. Por lo tanto el perro-animal no tenía efectos en el medio.


  Estas casas estaban levantadas cerca de las zonas fértiles, como cualquier núcleo rural. Y, en general, razonablemente integradas con el paisaje del entorno.

 Casas tradicionales de Valdoviño

    Pero entonces apareció el turismo de playa, básicamente entre los años setenta y ochenta por esta zona. Y con el turismo llegó la locura urbanística.

  Otra cosa interesante. Un jubilado de Bazán, ya  fallecido, me contó la historia de los autobuses de línea que hace muchos años se pusieron a disposición de los obreros de los astilleros para ir en verano hasta la playa de Valdoviño. Calculo que sería aproximadamente por los años cincuenta, antes del boom turístico. De ahí viene el hecho de que entre los propietarios de estos nuevos chalets haya una proporción asombrosa de trabajadores o ex-trabajadores de Bazán (cuando estoy en la laguna me canso de saludar compañeros del astillero).


     Estos cientos de nuevas viviendas se construyeron en fincas particulares lo más próximas posible a la playa, en un época en que se podía construir prácticamente a discrección, ya fuese en la misma orilla del lago o al pie del acantilado. Eran los tiempos de la esquizofrenia urbanizadora; nada que ver con la armonía y sensatez que conservaban las viejas casas de la aldea tradicional.

  Fijáos en esta joyita del centro de la imagen, un edificio de cuatro plantas, con los bajos sin acabar (desde hace treinta años!) al mismo borde de un espacio protegido y a menos de 100 m. del mar. Canibalismo urbanístico en estado puro.

 Viviendas próximas al "espacio protegido". 

  La proliferación de chalets en las zonas turísticas es algo con profunda repercusión medioambiental, pues extiende la antropización del paisaje invadiendo el medio con casas que sólo van a ser utilizadas los fines de semana por sus propietarios residentes en Ferrol o incluso durante dos meses al año (aquellas que se destinan al alquiler de turistas).  Pero la presencia de los edificios, de sus rejas y vallados, o de sus plantas invasoras como palmeras y pampas, es permanente. Como lo es la presencia de los perros para cuidar estas casa. Y ahí llegamos a donde yo quería llegar, decía el otro.

   Casa desocupada hoy (ver persianas cerradas) pero con perro de guardia

  Porque no hay casa sin perros para vigilarla (hablamos de casas de reciente construcción). Por este motivo el incremento de la población canina de Valdoviño se ha disparado en las últimas décadas.


    Claro, cuando llegan los dueños dede la ciudad quieren pasear a sus perros para que "disfruten de la Naturaleza". Son perros urbanitas, no aldeanos! Y qué mejor sitio para soltarlos que la playa y el arenal de la laguna, donde estos perros-mascota producen graves molestias a las aves salvajes.  Llegados a este punto muchos lectores y lectoras habrán entendido a dónde las quería llevar.

  Como véis el problema de los perros tiene un origen muy definido. Al abstraernos de lo concreto, al repasar la historia de las cosas acabamos por entenderlas con otra perspectiva.  Un Chochín cantando con el océano Atlántico de fondo nos ayudará a volver a lo concreto, a lo más bello.


  Gracias por leerme (los y las que lo hayan hecho).

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