Mi primera salida de prospección para el Atlas de Aves Nidificantes en este 2016 ha sido en Moeche, uno de los ayuntamientos más interiores de nuestra comarca y en el que cubro dos cuadrículas.
A medida que te alejas de la costa y subes un poco en altitud desciende un poco la peste eucalíptica/apocalíptica. En Moeche existen aún amplias zonas de prado dedicadas a la ganadería extensiva y pequeños retazos de vegetación forestal autóctona.
Hay una serie de especies que resultan extremadamente abundantes en nuestra comarca y que aparecen, literalmente, en cada estación de escucha: Corneja, Mirlo, Zorzal común, Paloma torcaz, Ratonero, Chochín, Petirrojo, Acentor o Tarabilla, por ejemplo. Pero hay otras que muestran un acusado declive poblacional o una situación poco conocida a nivel local. Es mi objetivo durante el trabajo de prospección para el atlas definir mejor el área de distribución de algunas especies cada vez más escasas como Cuco, Buscarla pintoja, Curruca zarcera, Curuca mosquitera, Gorrión molinero, Triguero o Escribano cerillo, especies todas ellas con poquísimas citas de cría actualmente.
En la visita de hoy pude detectar cinco aves muy interesantes en los campos de la parroquia de Labacengos: Cuco (Cuculus canorus), Lavandera boyera (Motacilla flava), Bisbita arbóreo (Anthus trivialis), Zorzal charlo (Turdus viscivorus) y Escribano cerillo (Emberiza citrinella).
Al igual que el charlo, el cerillo sólo aparece en comarcas de cierta altitud sobre el nivel del mar, a partir de 200-300 m aproximadamente. Es nidificante en nuestra comarca pero sus observaciones de Primavera se pagan muy caras.
Acabé la mañana en el valle del Xuvia, dentro de la parroquia de San Xurxo. Uno de los mejores lugares para "pajarear" de toda la zona, os lo aseguro.
Aunque es mejor no levantar mucho la vista hacia los montes cercanos o contemplaréis ésto:
Es el desierto biológico en el que han convertido nuestros montes. Perdón, "hemos".
Volviendo al valle, las amplias praderas (de pasto o de cereal) están ahora de un verde magnífico, que invitan a quedarse allí para siempre.
Y allí fué precisamente donde saltó la sorpresa de la jornada: un Bisbita de Richard (Anthus richardii) que no hizo mucho por salir en la foto. Tuve que recurrir al zoom digital para lograr unas tomas buenas:
Se me hace raro verlo fuera de la rasa litoral pero supongo que no es mal hábitat el valle del Xuvia.
En fin, como he dicho antes, empieza lo bueno!
A medida que te alejas de la costa y subes un poco en altitud desciende un poco la peste eucalíptica/apocalíptica. En Moeche existen aún amplias zonas de prado dedicadas a la ganadería extensiva y pequeños retazos de vegetación forestal autóctona.
Hay una serie de especies que resultan extremadamente abundantes en nuestra comarca y que aparecen, literalmente, en cada estación de escucha: Corneja, Mirlo, Zorzal común, Paloma torcaz, Ratonero, Chochín, Petirrojo, Acentor o Tarabilla, por ejemplo. Pero hay otras que muestran un acusado declive poblacional o una situación poco conocida a nivel local. Es mi objetivo durante el trabajo de prospección para el atlas definir mejor el área de distribución de algunas especies cada vez más escasas como Cuco, Buscarla pintoja, Curruca zarcera, Curuca mosquitera, Gorrión molinero, Triguero o Escribano cerillo, especies todas ellas con poquísimas citas de cría actualmente.
En la visita de hoy pude detectar cinco aves muy interesantes en los campos de la parroquia de Labacengos: Cuco (Cuculus canorus), Lavandera boyera (Motacilla flava), Bisbita arbóreo (Anthus trivialis), Zorzal charlo (Turdus viscivorus) y Escribano cerillo (Emberiza citrinella).
Zorzal charlo (Turdus viscivorus)
Al igual que el charlo, el cerillo sólo aparece en comarcas de cierta altitud sobre el nivel del mar, a partir de 200-300 m aproximadamente. Es nidificante en nuestra comarca pero sus observaciones de Primavera se pagan muy caras.
Escribano cerillo (Emberiza citrinella)
Acabé la mañana en el valle del Xuvia, dentro de la parroquia de San Xurxo. Uno de los mejores lugares para "pajarear" de toda la zona, os lo aseguro.
Aunque es mejor no levantar mucho la vista hacia los montes cercanos o contemplaréis ésto:
Es el desierto biológico en el que han convertido nuestros montes. Perdón, "hemos".
Volviendo al valle, las amplias praderas (de pasto o de cereal) están ahora de un verde magnífico, que invitan a quedarse allí para siempre.
Y allí fué precisamente donde saltó la sorpresa de la jornada: un Bisbita de Richard (Anthus richardii) que no hizo mucho por salir en la foto. Tuve que recurrir al zoom digital para lograr unas tomas buenas:
Se me hace raro verlo fuera de la rasa litoral pero supongo que no es mal hábitat el valle del Xuvia.
El lugar de la observación
En fin, como he dicho antes, empieza lo bueno!